El refrigerante es uno de esos fluidos que pasa desapercibido hasta que da problemas, pero su función es crucial para el motor. Te explicamos de forma sencilla por qué es tan importante y cómo usarlo correctamente.
Función principal del refrigerante: mantener la temperatura bajo control
El motor de tu coche trabaja a altísimas temperaturas, y sin algo que lo enfríe, esas temperaturas lo destruirían en minutos. Aquí es donde entra el refrigerante: este fluido circula por el motor y el radiador, absorbiendo el calor que se genera y evitando que las piezas metálicas se dañen por el exceso de calor. Sin refrigerante, el motor se sobrecalentaría y se detendría. En casos extremos, incluso podría fundirse o romperse.
¿Por qué no basta con agua? Las ventajas del refrigerante
Si bien el agua ayuda a enfriar, el refrigerante es más que solo «agua fría». Contiene una mezcla especial que resiste tanto el calor como el frío extremo. Esto significa que, en invierno, evita que el sistema se congele, y en verano, previene el sobrecalentamiento. Además, el refrigerante lleva aditivos anticorrosivos que protegen el motor de la oxidación y el desgaste. Usar solo agua no te dará esta protección, lo que a la larga podría salirte caro.
¿Qué pasa si no usas el refrigerante adecuado?
Cada coche tiene requerimientos específicos de refrigerante. Usar el incorrecto o dejar el nivel bajo puede hacer que el motor no se enfríe de forma efectiva. El sobrecalentamiento y los daños a piezas clave del motor son riesgos reales. Además, podrías notar problemas en la calefacción interna del coche, ya que el sistema de refrigeración también afecta cómo se regula el calor en el habitáculo. Así que, no escatimes: utiliza el tipo de refrigerante que recomienda el fabricante de tu coche.
Cuándo y cómo revisar el nivel de refrigerante
Revisar el nivel de refrigerante es sencillo y puede ahorrarte muchos problemas. Abre el capó y busca el depósito de refrigerante (es un depósito transparente marcado con «min» y «max»). Si el nivel está bajo, añade refrigerante cuando el motor esté frío para evitar quemaduras. Se recomienda chequear el nivel cada mes o antes de viajes largos.
Recuerda: un buen refrigerante mantiene a tu motor seguro y funcionando en su mejor estado.